Aparece la letra chica… ¿princesa?
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La publicidad engañosa de esas películas y cuentos omitió todos los defectos que tienen las
personas de carne y hueso. En ningún momento alguna de esas princesas está gruñona
porque se despertó con de malas y se desquita con el príncipe, y nunca jamás el
príncipe le ha dicho que no puede ir al baile real con ella porque tiene que rascarse la panza ver la final de la Champions
con sus amigos.
Y este es el mayor daño que esa rata Disney y sus películas nos hicieron. Nos
engañaron y nos vendieron humo. Ahora estamos grandes y confundidas al ver las
diferencias entre la realidad y la ficción, a veces la letra chica de los príncipes de
carne y hueso nos resulta incómoda, a veces son muy negativas y otras es
simplemente que el caballero está tan ocupado que no tiene tiempo para ir al
bosque a rescatar a su princesa y eso muchas veces nos da rabia.
En ese momento la letra chica aparece desdibujando a tu príncipe
dándole forma de plebeyo o incluso de sapo. Pero #bitchplease abre los ojos los
cuentos de hadas no existen, ni tú te aguantas 24/7 los 365 días del año y las
cuentas no se pagan solas, así que empiezas a entender que en ocasiones tu príncipe
tenga que trabajar hasta muy tarde en lugar de ir por ti al bosque en su caballo
blanco y llevarte en brazos hasta el castillo para darte un beso de amor verdadero
de buenas noches.
Aunque la ventaja de estar en la vida real, es que podemos
dejar de ser tan princesas en apuros y volvernos unas princesas guerreras, y si
no nos gusta cómo está avanzando nuestro cuento lo podemos modificar y si el príncipe
nos resulta un sapo lo podemos cambiar, total acá no es un beso de amor, el
baile real, asomarte al balcón, saludar
al pueblo y vivieron felices por siempre. Acá puedes viajar, estudiar, trabajar y
cambiar de reino y príncipe hasta que realmente te sientas a gusto y te calce
mejor que la zapatilla de cristal a la cenicienta.
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