Todos necesitamos nuestro propio Espectro Patronus


Ya sé que dirán “ay esta tía se pegó con Harry Potter” y bueno la verdad un poco y sí, pero es que me he leído los siete libros y me vi las 8 películas como mil veces y aún las veo cuando las pasan en televisión #Casinunca.
Pero honestamente ha sido una historia fantástica, algún día tal vez mí creatividad pueda llevarme a escribir algo medianamente interesante. Pero ese no es el punto de este post, la razón de esta entrada es que así como les hable de cuando nos atacan los dementores y todo en nuestra vida se pone como la canción de Daniel Power  YOUHADEABAD, también quiero decirles que hay momentos que algo nos rescata y es como si desde algún lugar alguien entre los arbustos hiciera el más poderoso de todos los hechizos Patronus y nos salvara del ataque y beso de cientos de dementores #HarryPotterModeOnAgain.
Pero créanme que este Especto Patronus es mucho más poderoso cuando somos nosotros mismos quienes logramos conjurarlo y aprendemos a utilizarlo en el momento adecuado, así cuando sea necesario tendremos nuestro salvavidas a la mano y podemos ser nuestros propios héroes cambiando un día lluvioso al usar una sombrilla grande y colorida.
Estos escudos de poder pueden ser compartir con nuestras personas favoritas, realizar las actividades que nos gustan, trabajar en lo que soñamos, escuchar algo de buena música, ver una peli o serie, pintar, escribir, dibujar, salir a caminar, hacer fotos o tal vez cocinar algo, o simplemente comer algo de chocolate. En la vida real el conjuro no es el mismo para todos pues cambia dependiendo de nuestros gustos, preferencias y el momento que estamos viviendo.
Pero lo que nunca va a cambiar y será igual para todos es que existe una opción, siempre tendremos la oportunidad de salir adelante, de ser fuertes y superar a esos dementores que nos quieran derrumbar de nuestras escobas en el partido de Quidditch más importante. Así que agarremos nuestras varitas, descubramos que nos motiva, cuál es nuestro impulso, la razón por la que luchamos y sigamos adelante.
Dejemos atrás la pijama, el pote de helado, las pelis para llorar y las canciones tristes. Corramos a nuestro ropero saquemos nuestro mejor outfit, tomemos un buen baño caliente y salgamos con la frente en alto y una gran sonrisa en la cara a conquistar el mundo. Porque podemos perder una batalla, pero la guerra aún no termina y nada está escrito en la historia de nuestras vidas, esa la escribimos nosotros mismos día a día con las decisiones que tomamos.

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